viernes, 27 de mayo de 2011

Espacio Camon


Las relaciones con  los usuarios se hacen  a través de dos maneras: la primera y más accesible a todo el mundo independientemente de la ciudad es la página web en la que todos se pueden hacer un perfil, vincularse a las diferentes comunidades, ver vídeos de actividades por streaming en directo o diferido, obtener información sobre nuevas tecnologías, etc.
La segunda manera es hacer actividades en los laboratorios situados en Murcia, Alicante y Madrid.  Pueden usar internet de manera gratuita, utilizar los ordenadores para editar vídeos, música, diseño gráfico, existe la posibilidad de grabar en un estudio de sonido. El espacio Camon, por lo menos el de Murcia, dispone de una amplia oferta tecnológica al alcance de cualquiera. Además ofertan cursos, seminarios, conciertos, conferencias o talleres relacionados con las nuevas tecnologías.
En este caso los prosumidores, los usuarios de Camon, tienen un papel fundamental, pues de no existir este perfil de prosumidor, el espacio no tendría sentido. Son los usuarios- prosumidores quienes están interesados en participar. Casi todas las tardes se  hacen  talleres que la gente reclama. Se enseñan programas de edición de vídeo como Final Cut o de sonido, existen alrededor de 15 puestos informáticos que nunca están vacíos. Este laboratorio fomenta la creación y desarrollo de los prosumidores que experimentan y practican. Se pude decir que los usuarios entrenan  las habilidades que van adquiriendo en otros ámbitos pero que  no les resulta fácil practicar.  El espacio Camon aporta un granito de arena al bien social, pues la gente que lo usa adquiere conocimientos con  los que saber manejarse en el  nuevo orden mundial: la cibersociedad.

sábado, 21 de mayo de 2011

Apertura local con Manifesta


Para que la actividad cultural se mantenga lo primero es potenciar las industrias culturales locales y fomentar el uso cultural de los lugares públicos. 
Se pueden llevar a cabo acciones de protección del patrimonio y el uso de edificios singulares para la promoción de instituciones culturales, en definitiva, acciones de rehabilitación urbana para mejorar los servicios públicos o la seguridad de aquellas zonas más deprimidas pero potencialmente focos de cultura. De este modo se consigue una descentralización de la cultura, que no se quede sólo en un punto de la ciudad, propicia que todo el mundo tenga opción de acceso.
Los medios de comunicación locales juegan un papel básico favoreciendo la creatividad y el empleo. Se han de establecer políticas de fomento de la lectura para así coordinar cultura y educación, puesto que los niños son el futuro. 
El contacto entre artistas propicia la continuidad creativa. 

 http://cultura-abierta.blogspot.com/2011/05/semana-12-expansion-del-entorno-para-el.html

sábado, 14 de mayo de 2011

El temor de la industria cultural actual.

En la actualidad es habitual escuchar  que hay crisis en ciertos sectores culturales como la música o el cine. Esta afirmación es falsa pues nunca antes se había consumido tanta música o productos audiovisuales. Lo que está en crisis son las industrias tradicionales que basan sus beneficios en la explotación en exclusiva de los productos. Al abrirse nuevas ventanas de exhibición o consumo, gracias a internet, el mundo entero tiene acceso a productos culturales que antes le era imposible, bien por  precio o por lejanía. Este acceso universal pone en pie de guerra a las industrias que observan cómo no reciben los ingresos correspondientes por tan alta cuota de consumo.
Hasta el momento, las industrias han recibido grandes beneficios y ahora tienen miedo a arriesgarse a establecer un modelo de negocio que aún sigue en estudio o planificación porque aún está en pañales y se desconocen sus verdaderas consecuencias. Las industrias culturales se hacen las sordas ante la sociedad por el temor que les provoca el cambio y le impide participar en la creación del nuevo modelo. El “sector tradicional” vive bien como está y en muchos casos, apoyado por las instituciones gubernamentales. Recuerdo que, según las malas lenguas, se presionó al gobierno español desde los EEUU para la creación de una ley antidescargas (ley Sinde). Es decir, la industria cultural tradicional es lo bastante poderosa para mantenerse, tiene influencia sobre los gobiernos precisamente por el dinero que ganan o los puestos de trabajo que genera.
La democratización de la cultura traerá el fin de las grandes empresas discográficas y todopoderosas productoras de cine, acabará con un sistema que enriquece a unos pocos y el modelo cultural universal mutará a un reparto equitativo de la riqueza que genera la cultura humana. Pienso en un consumo más localista y plural, que se vean los productos de la tierra, por ejemplo que no se estrenen 2000 copias de una película americana con los mismos modelos culturales.

jueves, 5 de mayo de 2011

La ley Sinde o el desaprovechamiento de internet

La ley Sinde es el nombre que recibe un apartado de la Nueva ley de Economía Sostenible,  llamado Disposición Final Segunda. Esta ley fue propuesta por el gobierno en mayo de 2009 como respuesta a la situación de crisis que atraviesa el país. Supone una serie de cambios en otras leyes, como:
La Ley de Servicios de la Sociedad de la Información (más conocida como LSSI). La Ley de Propiedad Intelectual y  la Ley Reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa, (que se centra en la protección de la propiedad intelectual en el ámbito de la sociedad de la información y de comercio electrónico).
La ley pretende frenar las descargas de archivos que se producen en internet y así evitar la pérdida de ingresos por derechos de autor. Detrás de esta ley, hay quien piensa que se esconden las grandes compañias discográficas u otras industrias culturales que pierden dinero por no adaptarse al nuevo medio: internet. Se trata de que una comisión de la propiedad intelectual, asignada por el Ministerio de Cultura, de la que no conocemos su formación para decidir sobre el supuesto, tenga poder para cerrar páginas web si así lo cree oportuno, según su propio criterio y previa autorización de los Juzgados Centrales de lo Contencioso Administrativo.
Su funcionamiento empieza con una denuncia, al Ministerio de Cultura, de alguien que cree que sus derechos han sido vulnerados (cantantes, editores, directores de cine, etc.). La comisión encargada decide si hay delito y puede emprender dos caminos:
1- Petición de retirada de los contenidos en 48h, si no lo hacen se abren unos plazos para alegaciones, teniendo la comisión 3 días para la resolución final que un juez ratifica pero nunca tiene potestad para determinar la legalidad o no, siempre es la comisión la que decide.
2- Acudir a un juez  para conseguir una orden judicial con la que retirar el contenido o conseguir los datos del infractor. Tiene 24 horas para hacerlo y el juez se puede negar si cree que vulnera el artículo 18 de la Constitución (apartados 1 y 3) sobre derechos fundamentales y libertades públicas.
            Esta ley plantea una serie de problemas según los expertos:
El primero y más contundente de todos es que la denuncia se hace por vía administrativa, nunca por orden judicial. La lleva a cabo un organismo administrativo (la comisión) del que no conocemos nada y sus decisiones pueden parecer injustas al no ser dictadas por un letrado.
El origen de la ley hace pensar que es fruto de presiones de lobbys estadounidenses asustadas por lo que se les viene encima y sin importarles los derechos de los ciudadanos.
Hay una falta de claridad en sus actuaciones. No está claro lo que persiguen y sólo con ser sospechosas ya se les puede denunciar.
Por último, se creará una lista negra de supuestas páginas piratas.
            La ley está aprobada desde el 15 de febrero de 2011 y se esperan las primeras denuncias para este verano.